Estamos siendo testigos de una estirpe gloriosa de lo que se
llama científicamente “politikus karapijus”, esta clase se reconoce claramente
por los siguientes síntomas:
1- Carecen
de ideales: según convenga cambian la dirección de chorro, en ocasiones a
contraviento
2- Se convierten en grandes ocultistas, sobretodo
cuando hablamos de fondos públicos.
3- No dudan en expresar sus expertas opiniones
científicas sobre temas como el cambio climático, o conducir chuzos.
4- Sacan leyes absurdas a cascoporro, sin
importar las consecuencias, solo para salir en los medios. Lo que en términos
psicológicos sería “Síndrome del diario de Patricia”.
En definitiva, que buscan desesperadamente su propósito, el
poder. Pero después de lograrlo parece que no saben que hacer con él, lógico ya
que toda su preparación esta enfocada a lograrlo, solo hay que fijarse el la
oposición (sea el partido que sea) que solo utilizan técnicas de desgaste y política
de patio de colegio (tú dices sí, pues yo digo no).
En fin, así nos va.
Y luego cuando votas en blanco porque no hay ninguna fuerza
política que te mole, salen por la tele diciendo que no hay interés por la política.
Es difícil identificarte con un partido, pero si pudiéramos
votar en negativo, rollo gran hermano, lo tendríamos mas fácil, además los políticos
sabrían a ciencia cierta que tendrían que cambiar de estilo.
El problema sería que todos quedarían en negativo, y ganaría
un partido chorra con 4 votos positivos.
Yo me conformaría con que en el voto en blanco hubiera un
par de opciones para especificar el porqué.
